Durante la jornada, agentes del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil cubrieron los servicios de la Policía Local de Segovia. Es una costumbre arraigada para el día de la festividad patronal del cuerpo, los Ángeles Custodios. La celebración tuvo este martes como marco la Plaza Mayor, donde formaron los agentes libres de servicio junto a los vehículos estacionados ante la fachada del Ayuntamiento, los mandos con el uniforme de gala y los distinguidos con diversos reconocimientos situados a un costado del estrado al que subieron miembros de la corporación e invitados. La fiesta fue de nuevo una ocasión para que la alcaldesa, Clara Luquero, reconociera el «trabajo impecable» de quienes componen el cuerpo local de seguridad, su servicio para que se cumplan las leyes y las ordenanzas municipales y para garantizar la convivencia ciudadana.
Las cifras del servicio pueden resumirse en los alrededor de 11.000 informes realizados en 2015 sobre sus actuaciones, las 2.000 llamadas recibidas y atendidas en el teléfono 112 de Emergencias sobre muy diversas demandas de asistencia o los 45 actos públicos (pruebas deportivas o actividades culturales en la vía pública, sin contar eventos como la Semana Santa) en los que participó el cuerpo.
Pero, aparte de su quehacer diario, la Policía Local de Segovia tiene el reto inmediato de su renovación y la cobertura de vacantes. La plantilla actual es de 112 plazas entre agentes y mandos, pero en la actualidad solo están cubiertas 103. El intendente jefe del cuerpo, Julio Rodríguez Fuentetaja, tiene previsto cubrir las nueve vacantes (ocho de agentes y una de oficial) en 2017, con la intención de convocar el concurso oposición este año para que el próximo los seleccionados realicen la fase de formación en la Escuela Regional de Policía Local de Ávila.
A la espera de norma
Este proceso es parte de la renovación de la plantilla, cuya edad media es elevada, 49 años, en parte porque Segovia fue una de las primeras ciudades en modernizar el cuerpo local de seguridad en la década de 1980, y también porque debido a la crisis y las restricciones en los últimos cinco años no ha habido convocatorias para cubrir las vacantes, según comenta Rodríguez.
Una muestra de la edad de los agentes es que ayer cuatro de ellos recibieron la Medalla a la Constancia Profesional tras prestar servicio durante 25 años y otros dos la Medalla al Mérito por haber cumplido treinta en el cuerpo. El relevo de agentes dará un paso más si, como desean los responsables de la Policía Local, logran su equiparación con otros cuerpos de seguridad (por ejemplo, los bomberos o la Ertzaintza) para poder jubilarse de forma anticipada a los 60 años. El intendente jefe indica que «con la edad media de la plantilla, que es elevada para un cuerpo policial, sería muy bueno que se aprobara esta norma para que se pudiera rejuvenecer la plantilla y que esté renovada en un periodo de cuatro o cinco años».
Hasta que no se complete esa renovación no está prevista una reordenación de los servicios que presta el cuerpo de seguridad local ni tampoco nuevas secciones. Seguirá con sus labores de prevención y vigilancia, el trabajo de los agentes de barrio y de la Patrulla Verde. Una de sus mayores preocupaciones es el tráfico, recalca Rodríguez, y con esta motivación está planificada la instalación de semáforos de punto rojo en determinados lugares. «Queremos con esto que la gente respete la normativa, y especialmente toda la referida a los peatones, que son quienes más nos preocupan en todo lo relacionado con el tráfico», comenta.
Controles de drogas y velocidad
La Policía Local comenzará de inmediato a realizar controles sobre el consumo de sustancias estupefacientes al volante. Serán controles selectivos, centrados en los conductores en los que observen un comportamiento extraño al conducir, con un operativo similar al de los controles de alcoholemia. El jefe del cuerpo, Julio Rodríguez, destaca que estos controles son necesarios por la aparición de nuevas drogas, sustancias sintéticas que son consumidas para el ocio, así como para detectar el consumo de las drogas ‘convencionales’, el cannabis o la cocaína.
Otra novedad cercana será la instalación de elementos mecánicos de control de tráfico (semáforos de punto rojo y otros sistemas) para lo que el presupuesto del Ayuntamiento tiene reservada una partida destinada a contratar la compra de los equipos. «Se trata de detectar a los conductores que se saltan los semáforos en aquellos puntos donde hay más quejas», por ejemplo en Padre Claret, advierte Rodríguez. También se vigilará la velocidad en los accesos a la ciudad.
Fuente: elnortedecastilla.es